lunes, 11 de septiembre de 2006

El Embrujo de Luna Mora de Carratraca fusiona la cultura flamenca y la andalusí

El certamen, que se celebrará entre el 8 y el 10 de septiembre, apuesta por las jóvenes promesas con el cantaor Arcángel y el guitarrista Daniel Casares Zocos moriscos, talleres, exposiciones y danza completan la agenda de actividades

ISABEL MURIEL/SUR

Un año más, Carratraca se deja llevar por el mestizaje de culturas. La excusa es el festival Embrujo de Luna Mora, que se celebrará en la localidad malagueña del 8 al 10 de septiembre. En esta ocasión, la s raíces flamencas y andalusíes serán las estrellas de este encuentro, al que está previsto que asistan 15.000 personas. Así lo anunció ayer el delegado de Cultura, Francisco López, durante la presentación del cartel del festival junto al alcalde de Carratraca, Óscar Román, y miembros de la Plataforma de la Luna Mora. López definió el evento como una ocasión en la que «el mestizaje de culturas y la potenciación de la convivencia entre las mismas serán las protagonistas indiscutibles». Como prueba de ello, el festival servirá de punto de encuentro para multitud de ritmos diversos. El grupo Rhila, de raíces sefardíes, será el encargado de inaugurar el Embrujo de Luna Mora el 8 de septiembre. El conjunto ofrecerá un viaje musical que tiene como hilo conductor el presente, pasado y futuro de la música andalusí y su estrecha relación con el flamenco.Pero el certamen mantiene además una decidida apuesta por las jóvenes promesas del cante jondo. De hecho, entre sus actuaciones principales se encuentran las del cantaor Arcángel y el guitarrista malagueño Daniel Casares. Ambos deleitarán a los amantes del flamenco el día 9 en la plaza de toros del municipio. Casares ofrecerá temas de su último trabajo discográfico, 'Corazón de tu alma'.

El encargado de pronunciar el pregón del festival es el historiador y arqueólogo José María Lopera, que ha vivido en Carratraca durante treinta años. «Existen muchas teorías, pero mi hipótesis es que Carratraca es un término de origen árabe Karr-Al-KraaK, que significa limpieza de piel, relacionado quizás con la calidad del agua del lugar», dijo ayer Lopera, pionero en iniciativas como la representación de la pasión de Cristo en la plaza de toros de la localidad.

Como complemento a estos tres días de intercambio cultural, el encuentro propone un recorrido por zocos y talleres acompañados de actuaciones de danza.

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